jueves, 16 de agosto de 2007

Resultado del festejo de ayer en Madrid


Mala corrida la celebrada ayer en la madrileña plaza de las Ventas, en el dia festivo de la Paloma. Con un tercio de entrada en tarde soleada y calurosa, la mansedumbre del encierro de Millares y Espantalobos echó por tierra el festejo.

Manso, descastado, parado, flojo... pónganle el adjetivo que ustedes quieran para definir el juego de la corrida de Manuel Ángel Millares y Espantalobos (ambos propiedad del que da nombre al primer hierro mencionado). Toros que, bien se echaban en la muleta, bien daban muestras de presentar alguna enfermedad o bien se movían por el ruedo venteño esperando una muerte lo más rápida y digna posible. Este es el problema de lidiar hierros en la primera plaza del mundo que raras veces se ven anunciados, ya no en las grandes ferias, si no tampoco dentro del circuito de las plazas de segunda. Ganaderías del encaste 'bodeguero' formadas con desechos o retazos inservibles de sucursales ganaderas. Y si no me creen, echen un vistazo al libro de la Unión de Criadores de Toros de Lidia o su web, y luego díganme si lo lidiado hoy en Madrid responde o no al tipo de ganaderías que describo.Con semejante material, las opciones de la terna han quedado muy limitadas. Sólo Fernando Robleño con el sobrero de Hijos de Juan Valenzuela ha podido dibujar algún pasaje estimable. Al toro, a pesar de tener nobleza, le faltó fuelle en forma de casta y fortaleza para seguir en más ocasiones la muleta que le presentaba Robleño. Por el pitón derecho sacó algún muletazo templado casi a cámara lenta debido al cansino trote del astado. Con el cuarto fue un querer y no poder por la mansa condición del toro de Millares. El toro se defendía, cuando no se frenaba en la mitad de las suertes, mientras Robleño intentaba sin éxito pasar de muleta al manso.Pocas veces un torero habrá quedado tan inédito en su paso por Las Ventas como esta tarde le ha ocurrido a Torres Jerez. Su lote no ha tenido ni cinco arrancadas seguidas. Si su primero se echó en la segunda tanda para no levantarse más, el quinto ha posado sus kilos en la arena hasta en tres ocasiones durante la faena de muleta. Finalmente lo levantó y pudo decir que había matado un toro esta tarde para hacer honor a la profesión que ejerce.Y para rematar la tarde, tampoco Gabriel Picazo podrá tener un grato recuerdo del día de su confirmación en Madrid. El toro de la ceremonia fue un animal flojo que se defendió y nunca embistió con clase. El torero de San Sebastián de los Reyes realizó un trasteo basado en su totalidad por el pitón zurdo y pisando los terrenos del toro, casi metido entre los pitones para provocar las arrancadas del animal. A la faena quizá le faltó un punto de temple pero las ganas que derrochó Picazo fueron dignas de encomio.El que cerró el festejo pareció un animal enfermo, ya que nada más recibir el primer puyazo, el animalito se refugió entre las tablas y la primera raya del tercio para no abandonar nunca más ese terreno. El toro parecía afligido, no sabemos si por alguna enfermedad o por la falta acuciante y desesperante de casta. El caso es que Picazo tiró de una voluntad que no tuvo recompensa por el marmolillo que tuvo enfrente.

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